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Filipinas es el único país de Asia incluido en el actual Plan Director de la Cooperación Española (CE). Aunque ha ido evolucionando gradualmente en su nivel de renta y desarrollo, la pobreza y la desigualdad se mantienen como sus principales retos.

Los conflictos armados que han tenido lugar en Filipinas en los últimos cincuenta años han afectado la vida de los filipinos provocando pérdidas de vidas humanas, serias interrupciones de actividades económicas y sociales y la imposibilidad de acceso a recursos básicos por parte de grupos vulnerables, entre ellos los pueblos indígenas.

Aunque Filipinas cuenta con un sólido marco constitucional y legal para la protección y promoción de los Derechos Humanos, en la práctica su defensa ha sido compleja. El país está inmerso en un proceso de reforma de su sistema judicial para mejorar la eficiencia, eficacia y acceso al sistema de justicia.

Filipinas es, además, uno de los países del mundo más expuestos a los desastres naturales, por lo que trabajar la prevención y resiliencia frente los mismos es una prioridad para el Gobierno filipino. Filipinas tiene también un importante potencial de crecimiento, al que España quiere contribuir mediante intervenciones que permitan reducir las desigualdades.

Ante este contexto la CE en Filipinas apuesta por contribuir a consolidar los procesos democráticos y el Estado de Derecho (favoreciendo que la población ejerza sus derechos como ciudadanía activa y acceda a la justicia) y reducir las desigualdades y la vulnerabilidad a la pobreza extrema y a las crisis, mediante la mejora de las condiciones de vida y el aumento de su resiliencia a los desastres naturales.