Desde hace mucho tiempo, la historia de la literatura viene asentándose en dos graves supersticiones: la de la autoría y la de la materialidad de la obra. El desafío borgiano a tales prejuicios nos permite ahora descubrir una genuina obra subterránea perdida en sus propios textos: la Eneida.

Sin temor a exagerar, esta obra va más allá de la mera lectura o del vago recuerdo, pues explica y justifica la poética borgiana. Se trata de la obra que Borges quiso volver a escribir, como si él mismo fuera el Menard de su ficción, ahora vital. Era precisamente una Eneida que Borges olvidó conscientemente y soñó, en abierto desafío a la historia literaria y sus géneros. Ya no se trata de una epopeya como la de su precursor Virgilio, sino de una elegía o una épica del alma.

Una arqueología literaria y nostálgica por entre los textos borgianos ha permitido a Francisco García Jurado recuperar los retazos de esta creación oculta, que rompe con la ciega secuencia del tiempo. Es una obra evanescente que, sobre todo y frente a todo, pone de manifiesto la naturaleza esencialmente utópica de la literatura.  

• Enlace al catálogo